Verás,

Juan Roig lo ha vuelto a hacer.

El dueño de Mercadona se presentó ante los medios con una sonrisa zen y soltó su frase del año:

“El problema no es pagar mucho, el problema es cómo se gasta.”

Y medio país aplaudió.

Los tertulianos asintieron.

Los políticos se miraron entre ellos con cara de:

“Este tío sí que sabe”.

Pero Roig no estaba defendiendo la justicia fiscal.

Estaba defendiendo el capitalismo estatal: ese modelo donde los beneficios se privatizan y los costes se socializan.

Porque los grandes empresarios no odian los impuestos.

Odian los que pagan ellos, no los que pagan los demás para sostener su poder.

Los impuestos altos son maravillosos…

si el Estado gasta el dinero en carreteras para tus camiones,
subvenciones para tu innovación,

y normativas que bloquean a los pequeños que podrían competir contigo.

El discurso suena altruista, pero huele a monopolio.

Es el cuento de siempre:

el grande habla de solidaridad mientras pisa el cuello del pequeño.

Y el Estado, encantado, le da lo que necesita:

protección legal,

barreras de entrada,

patentes

y

regulaciones a medida.

Todo envuelto en un discurso moral de “bien común” y “economía responsable”.

Así funciona el feudalismo corporativo moderno:

los reyes son los políticos,

los señores son las grandes empresas,

y los campesinos…

somos nosotros, pagando los impuestos y agradeciendo que nos dejen trabajar.

Lo que Roig nunca dirá es esto:

su modelo no puede sobrevivir sin el Estado.

Necesita un árbitro que mantenga el juego amañado,

un sistema que ahogue la iniciativa individual,

y un pueblo convencido de que “todo esto es por nuestro bien”.

El problema no es “cómo se gasta”.

El problema es quién se lo gasta.

Y mientras los mismos sigan decidiendo, seguirán privatizando los beneficios y socializando las pérdidas.

¿Qué opinas tú al respecto? Te leo en comentarios…

Abajo te dejo el último video del canal.

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