Verás,

La mayoría se queja de lo mismo:

“nadie me apoya, nadie me ayuda, nadie me entiende”.

Pero en esa queja está la verdad que pocos aceptan: al mundo no le importas.

Ni tu jefe,

ni tus amigos,

ni tus padres están pendientes de tus sueños o de tu sufrimiento.

Y aunque duela, eso es una bendición.

Porque si al mundo le diera igual lo que haces…

¿Sabes lo que significa?

Que puedes reinventarte en silencio.

Puedes fracasar diez veces y nadie se acordará de tus tropiezos.

Puedes empezar un negocio, cerrarlo, perder dinero, volver a intentarlo y al día siguiente la gente seguirá atrapada en sus rutinas, demasiado ocupada en su propia miseria como para vigilar la tuya.

La indiferencia del mundo es tu escudo.

Te da libertad para experimentar, para probar, para endurecerte sin testigos.

Te libera de la presión de buscar validación externa, porque ya sabes que no llegará.

Y cuando aceptas eso, te vuelves peligroso.

El mediocre necesita aplausos para moverse.

El fuerte se mueve sin que nadie le mire.

Usa esa indiferencia a tu favor: trabaja en silencio, acumula disciplina, construye resultados que un día serán imposibles de ignorar.

Hasta entonces, disfruta del anonimato, porque es tu laboratorio.

El día que entiendas que nadie viene a salvarte, que nadie está mirando… serás libre.

El mundo no te debe nada.

Y precisamente por eso, te lo puede dar todo.

Dicho esto, en el video de abajo te digo una de las claves más importantes que tienes que hacer para tener más oportunidades.

VER VIDEO

P:D: Si quieres que te ayude a vender o sabes alguien que venda un inmueble, escríbeme a 677.78.73.50 y te daré una buena compensación económica por la recomendación (Alejandro)