Verás,

La izquierda lleva años jugando con las palabras como si fueran armas.

Ellos deciden quién es “fascista” y quién no.

Y, casualidad, siempre resulta que el fascista eres tú, yo, cualquiera que no repita su catecismo.

Pero la realidad es otra: los verdaderos fascistas son ellos.

Míralo con calma:

-El fascismo consiste en que el Estado lo controla todo: economía, lenguaje, educación, vida privada.

-El fascismo consiste en aplastar al individuo en nombre de un supuesto bien común.

-El fascismo consiste en señalar enemigos internos y justificar su persecución.

Ahora dime,

¿Quién hace eso hoy?

¿Los que quieren vivir en paz y libres, o los que te cancelan, te persiguen, te dicen qué palabras puedes usar y hasta qué carne puedes comer?

El movimiento Antifa es la prueba viva de esta hipocresía.

Se autoproclaman “antifascistas”, pero son exactamente lo contrario: bandas organizadas de matones que usan la violencia para callar al que piensa distinto.

Pura estética totalitaria, puro método fascista.

Los demócratas y socialistas, han adoptado la misma lógica: más impuestos, más censura, más Estado metido en tu vida privada.

Y cuando alguien protesta, lo etiquetan de “peligro para la democracia”.

Esa es la jugada fascista de manual: criminalizar al opositor.

Y los globalistas de la ONU juegan a lo grande.

Nos quieren uniformar bajo su agenda:

controlar qué energía usamos,

qué comemos,

cómo nos movemos,

qué opinamos.

No representan a los pueblos, representan a una élite burocrática que sueña con gobernar sin que nadie les vote.

Eso es totalitarismo disfrazado de “progreso”.

La izquierda de hoy no necesita camisas pardas ni desfiles militares.

Sus armas son otras:

-La censura digital.

-El adoctrinamiento educativo.

-El chantaje climático.

-El miedo sanitario.

-El victimismo identitario.

Todo con un mismo fin: controlar tu vida.

Por eso es tan grotesco escucharles hablar de fascismo.

Porque ellos son el fascismo adaptado al siglo XXI.

Un fascismo con rostro amable, con hashtags, con ONGs, con pancartas de colores y arco iris.

Pero fascismo al fin y al cabo.

La próxima vez que un progre, un demócrata o un globalista de salón te suelte el insulto de “fascista”, no te calles.

Respóndele claro:

El fascista eres tú. Tú que cancelas, tú que vigilas, tú que persigues.

Y la historia lo demostrará.

Aquí te pongo algunos ejemplos:

-Incremento de ataques de Antifa y grupos radicales, incluyendo el asesinato de Charlie Kirk.

-Políticos de izquierda crean un clima que fomenta violencia contra conservadores y agentes.

-Aumento del 1000% en ataques contra fuerzas del orden en los últimos meses en EE.UU.

-Tiroteos, bombas y amenazas a figuras públicas, parte de un patrón organizado.

-Las instalaciones de el Ice en Dallas y Fort Worth que fueron tiroteadas, el caso de hace 5 días.

-La emisora ABC de Sacramento fue tiroteada por un donante del Comité Nacional Demócrata.

-Colocaron una bomba en un vehículo de Fox News.

-Le pusieron una amenaza de bomba a la casa de Kennedy Junior, el ministro de Salud Pública.

-Tenemos al radical transgénero que asesinó a los niños católicos. mientras celebraban la misa hace apenas unas semanas.

Es decir, es un hecho innegable que la violencia de la izquierda está fuera de control y es algo que va a empeorar y no se va a detener hasta que realmente se tome en serio.

Así que los mas Fachas, son los de la izquierda.

La derecha estaba tan ocupada con la familia y el trabajo, que pasaba de la política aquí en España, pero esta gente quiere ver a España, Europa y Occidente arder en el infierno y hay que pararles los pies.

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