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Verás,
Si yo fuera un hombre de negocios sin escrúpulos, ya estaría montando un puesto en cada meta de la Vuelta de España vendiendo banderitas de Palestina a todos esos pardillos que creen que con cuatro gestos vacíos van a cambiar el mundo.
Pero como no me dedico a vender humo, prefiero analizarlo con un poco de profundidad.
Porque la pregunta es sencilla:
¿Solo existe la guerra de Palestina?
¿Qué pasa en el Congo?
¿Qué pasa en Malí?
¿Qué pasa en Sudán?
¿Qué pasa en Etiopía?
¿Qué pasa en Burkina Faso?
¿Qué pasa en Nepal?
Silencio.
Nadie se acuerda.
El conflicto Palestina–Israel solo les interesa porque es político, no humanitario.
Lo usan como excusa para montarse su numerito progresista en la Vuelta de España y de paso subir la foto a Instagram.
La pantomima de la Vuelta de España y Palestina.
Vamos a lo concreto.
¿De verdad alguien cree que tirando ciclistas profesionales al suelo en plena competición internacional, Israel va a parar sus operaciones militares?
¿Alguien en serio piensa que la flotilla de Ada Colau y Greta Thunberg en veleros de 11 metros con banderitas desde Barcelona, van a cambiar el curso de un conflicto que lleva décadas?
Es ridículo.
Y lo peor es que los medios lo amplifican como si fuera un acto heroico.
Cuando en realidad es puro postureo.
Si tanto les importa Palestina…
Que los acojan en sus casas.
Que los eduquen, los mantengan y los alimenten.
Que renuncien a su sueldo de funcionarios y lo donen.
Pero claro, eso no.
Eso cuesta esfuerzo.
Lo suyo es salir a la calle, hacerse la foto, señalar con superioridad moral y después irse a tomar cañas con la camiseta del Che Guevara.
Los problemas reales en España
Mientras tanto, en España tenemos problemas infinitamente más graves que nadie quiere afrontar:
-Crisis de vivienda que deja a miles de jóvenes fuera del mercado.
-Inmigración descontrolada sin planes de integración.
-Vandalismo creciente en las ciudades.
-Deuda pública que nos hipoteca hasta las cejas.
-Sistema de pensiones en números rojos, cada vez más insostenible.
Y aquí están, preocupados por ondear una bandera en la Vuelta de España, como si eso fuese a cambiar algo.
La minoría ruidosa.
La gran mayoría de estos activistas pro-Palestina forman parte de esa minoría ruidosa:
-Van a todas las manifestaciones.
-Exigen derechos que nunca se han ganado.
-Aplauden a los okupas.
-Se afilian a la secta del color morado.
-Viven del postureo más que del trabajo o la ayuda real.
Lo importante no es Palestina.
Lo importante es verse en la foto con la banderita.
Conclusión: ¿pardillo o aliado?
Si no eres de esos pardillos que se disfrazan de revolucionarios de fin de semana con la bandera de Palestina, entonces sí, podemos ser compatibles para trabajar juntos.
Si eres un pardillo de los de la bandera de Palestina, no somos compatibles.
P:D: Si quieres que te ayude a vender o sabes alguien que venda un inmueble, escríbeme a 677.78.73.50 y te daré una buena compensación económica por la recomendación (Alejandro)
Copyright 2025 © Alejandro Pop
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